Desde los montes de Coscoja y La Rávita, el término municipal de Torrox desciende suavemente, ensanchándose hasta el Mediterráneo por el valle de su río.
A partir del s. VIII, la llegada de los musulmanes y las frecuentes incursiones piratas despoblaron las aldeas costeras y trasladaron a sus habitantes hacia zonas más altas. En el s.XII, el relato del viajero Al-Idrisi, menciona por primera vez a Torrox en su emplazamiento histórico, aunque su construcción puede datar de tres o cuatro siglos antes.
El casco antiguo de la villa denota claramente la personalidad morisca en el trazado de sus calles, con angostas y empinadas callejuelas, paredes encaladas y una sinfonía de flores y macetas.